HACIENDO COSAS PEQUEÑAS SE CAMBIA EL MUNDO

by - 19.12.20

Estamos cerca de aquellas fechas donde las emociones se afloran, fechas donde aceptamos la gran oportunidad de reunirnos con nuestros más allegados. Sin embargo, este año, esas emociones van a estar desfiguradas como si de una montaña rusa se tratara. Bien sabemos que la calidad de vida de las personas con discapacidad se ha agravado[1] de manera considerable en estos meses de cruel pandemia. Los derechos, la capacidad de decisión, la autonomía que parecían asomarse por la ventana, se han reducido[2] a cenizas a golpe de decretazo. Y es que a día de hoy continuamos con la necesidad de pedir permisos para salir a la calle o para el simple hecho de ver a la familia. Puede entenderse que se quieran crear burbujas donde la seguridad tenga una posición única y fundamental. Sin embargo, hoy nos sentimos apagados. Y es que no hay movimiento que no esté más controlado que el nuestro a pesar de que los denominados irresponsables no estén en nuestro entorno. Y eso entristece, te hace más débil, te asola[3], te pierde[4]… hace que la situación emocional, que nuestra dignidad esté por los suelos.      

Por eso, ver como un grupo de estudiantes ofrecen su perspectiva y su idea de nuestra situación, ver que entienden y se ponen en nuestro lugar, ver como intentan dar alternativas, es darnos una pequeña dosis de energía donde apreciamos que hay quien nos entiende. Escuchar que se propongan alternativas al programa de voluntariado[5], ver que nuestras representaciones navegan la ciudad para difundir nuestra realidad a la gente[6], animarnos a realizar algo tan sencillo como videollamadas a través de la pantalla[7], confortarnos mediante una diversidad musical la regulación emocional,… es para sonréir y pensar que la gente entiende de inclusión, entiende de calidad de vida y entiende de dignidad; y eso nos tranquiliza. Simplemente porque como bien se destaca en uno de los vídeos recibidos “el 90 por ciento es la actitud con la que nos enfrentamos a esos problemas para la vida diaria”[8] y porque creemos que “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo” (Galeano, E.).

Ante esto, a todos los estudiantes de pedagoía de la UPV-EHU y en especial a Esther Cruz y a Juan Martin Mendigutxia, desde la vivienda Txara os decimos gracias.

P.D.: por derechos a vuestra privacidad se ha decidido omitir el nombre de los estudiantes. 

[1] FIVE (2020): Erronka 2020/2021. Donostia: UPV-EHU pedagogia.
[2] “hauen zenbait eskubide urratu egin dira…”. RESET Taldea (2020): Aspace. Donostia: UPV-EHU pedagogia. 
[3] FIVE (2020): Erronka 2020/2021. Donostia: UPV-EHU pedagogia. 
[4] LAS PASCUALAS (2020): Donostia: UPV-EHU pedagogia. 
[5] RESET (2020): Aspace. Donostia: UPV-EHU pedagogia. 
[6] ANANA (2020): Aspacerako proiektua. UPV Donostia: UPV-EHU pedagogia. 
[7] LAS PASCUALAS (2020): Donostia: UPV-EHU pedagogia. 
[8] (2020): Sube la mano y grita Aspace. Donostia: UPV-EHU pedagogia.

You May Also Like

0 comments